La aversión al riesgo se hace cabida en los mercados financieros y con ello las divisas de riesgo son ofertadas mientras que las monedas de seguridad observan considerable demanda a lo largo del tablero.
Para un mayor entendimiento de esta dinámica en el mercado Forex, la siguiente tabla ofrece una mayor claridad en cuanto al perfil de riesgo y seguridad en las principales divisas del mercado Forex.
Cómo podemos observar, la lista ofrece un claro patrón en cuanto a las divisas comúnmente asociadas al riesgo y las que son vinculadas a la estabilidad y a la seguridad. En este caso, la dinámica de riesgo es principalmente pertinente a las divisas de aquellas economías altamente dependientes de recursos naturales.
La racionalización en términos generales es que, a medida que se presentan escenarios de riesgo con posibilidades de que esto sea transmitido en un menor crecimiento económico, las materias primas registrarían una menor demanda y, por consiguiente, el requerimiento de adquirir esas divisas donde su producción es mayor sería menos necesaria.
Ahora, aunque esta es la dinámica en términos generales, obviamente cada una de estas divisas presenta sus propios episodios de riesgo y, por consiguiente, esto no quiere decir que estas relaciones, comúnmente presentes, no puedan revertirse dados ciertos episodios de riesgo en específico. Un claro ejemplo de esta consideración es la libra esterlina. Si bien la divisa británica en términos generales no es considerada como una moneda de riesgo, a partir del 2016, cuando el Reino Unido decidió abandonar la Unión Europea, la libra esterlina ha sido más comúnmente asociada como una divisa la cual puede presentar amplios niveles de riesgo al momento de adquirirla.
Retornando a la situación actual, donde los mercados se encuentran siendo sacudidos por una incertidumbre en cuanto a la posibilidad prácticamente nula de un nuevo paquete de estímulos fiscales en Estados Unidos, y constantes tensiones entre Washington y Beijing, los mercados se encuentran descontando estos eventos sobre el estatus actual de la recuperación económica y, por consiguiente, favoreciendo a la dinámica común de aversión al riesgo en el mercado Forex.
Obviamente, las divisas oceánicas (Dólar australiano y dólar neozelandés), se encuentran como unas de las monedas más afectadas de momento.
Dentro de estas dos, la dinámica de precios que más ha acaparado mi atención es la operativa del representante neozelandés.
Gráfico diario NZD/USD
Como podemos observar en el gráfico diario del dólar neozelandés, la divisa oceánica había estado recuperándose de manera bastante favorable desde el tropiezo de marzo cuando estalló a nivel global la crisis de salud del Coronavirus.
Aquí durante los últimos meses, el NZD/USD había estado operando en lo que viene siendo considerado como un canal ascendente (líneas doradas). En su último impulso alcista, no obstante, el dólar neozelandés fue incapaz de buscar la resistencia de la configuración y, en su lugar, el NZD/USD registró lo que es considerado como una divergencia negativa con el oscilador RSI (líneas punteada rojas).
Ante esta debilidad inherente, por consiguiente, la estabilidad de la configuración ascendente se encuentra ampliamente en riesgo.
Gráfico diario NZD/USD
No obstante, más allá del soporte del canal ascendente, el nivel clave a observar será la directriz bajista proveniente de los máximos de finales del 2018. Este es el caso, ya que una ruptura del canal ascendente, puede ser simplemente una nueva búsqueda de la directriz bajista bajo el efecto de polaridad (previa resistencia nuevo soporte).
En caso de que esto termine sucediendo, y la directriz sucumba ante la presión de los vendedores, esto significará una corrección de mayor amplitud en el NZD/USD, donde el objetivo inicial se establecerá en el retroceso de Fibonacci de 23.60% de la operativa alcista iniciada en marzo en los 0.6489. Obviamente, de presentarse dicha dinámica, esta tiene un potencial considerable de extenderse hasta el retroceso de 38.20% en los 0.63.
Hay que recordar, sin embargo, que esto estará principalmente condicionado en cuanto a cómo se comporte el NZD/USD en la directriz bajista proveniente de los máx. de finales del 2018 (línea roja).
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