Cómo operar con CFD
Introducción a la operación con CFD, en la que veremos su funcionamiento y cómo operar CFD con margen y apalancamiento.
¿Qué son los CFD?
Los CFD, también conocidos como «contratos por diferencia», describen un contrato financiero que está establecido en dinero en efectivo y no en la entrega de los activos subyacentes cubiertos por el contrato.
En un principio, los CFD se usaban en futuros cotizados en bolsa, tanto en índices bursátiles como en contratos de tasas de interés. Iban de la mano de estos instrumentos porque muchos de los involucrados en futuros no necesitaban, no querían realizar o no querían recibir los instrumentos subyacentes con los que operaban. Por ejemplo, un gestor de fondos que cubre una posición en acciones del Reino Unido mediante un contrato futuro por índices estaría encantado de pagar o recibir dinero en efectivo en vez de acciones físicas al final del contrato. De esa manera, el gestor de fondos disfrutó de los beneficios económicos de la cobertura; esto es, la subida y la caída del precio del índice futuro sin el engorro que conlleva tener que operar y monitorear 100 acciones individuales.
¿Cómo funcionan los CFD?
Esta innovación parece complicada, pero es una idea relativamente fácil de implementar. En cualquier operación, el comprador o el vendedor le paga a la otra parte (mediante una casa de cambio o una cámara de compensación) la diferencia de dinero en efectivo entre los valores de apertura y cierre. La dirección del pago se basa en la pérdida y ganancia (P&L) de la operación.
Veamos un ejemplo.
Si usted hubiera comprado un contrato, y el precio del contrato subiera y superara al precio de entrada, usted tendría un margen de ganancias. Si usted vendiera el contrato, recibiría la diferencia en dinero en efectivo que hay entre los precios de apertura y de cierre.
De esto se desprende que si usted compró un contrato por índices, y el precio se movió en su contra, tanto como para caer por debajo del nivel de apertura, usted iría a pérdida. Si decidiera cerrar la posición en este momento, haría frente a la pérdida y le debería a la otra parte de la operación la diferencia en dinero en efectivo que hay entre los precios de apertura y cierra de su operación. En ambos casos, las diferencias de dinero en efectivo se tendrían que multiplicar por la cantidad de contratos o lotes operados, sean uno, diez u otra cantidad, para establecer el valor final o el pago a realizar.
Crecimiento explosivo
La gente pronto se dio cuenta de que el concepto de los CFD se podía aplicar a una gran cantidad de instrumentos, como el oro, el petróleo y el mercado Forex. De hecho, se puede aplicar a cualquier instrumento donde los participantes quieren operar con la suba y la caída del precio subyacente sin tener que afrontar el inconveniente de una entrega física.
Los CFD saltaron a la fama a fines de la década del 90, cuando el concepto salió del mundo de la bolsa de valores y llegó al mercado extrabursátil (también denominado «OTC», Over The Counter, en inglés). Ese movimiento coincidió con el nacimiento de las operaciones en línea; Internet comenzaba a entrar a las casas particulares y a las oficinas.
Fue una coincidencia celestial. Los corredores se convirtieron en la contraparte de las operaciones de CFD y les ofrecieron a sus clientes acceso a una gran selección de instrumentos de corto y largo plazo con los que operar muy fácilmente.
Operar CFD con margen y apalancamiento
Los CFD se pueden apalancar y operar con márgenes. Esto significa que el corredor puede potenciar o dirigir el depósito de sus operadores. De esta forma, pueden controlar una cantidad mayor de cierto instrumento subyacente de lo que les permitiría controlar el depósito sin apalancamiento. Como cabe esperar, la popularidad de los CFD se disparó por esta misma razón; para mediados de la primera década del nuevo milenio, se decía que el 50 % de la venta diaria de la Bolsa de Londres estaba relacionado con operaciones de CFD. Los corredores también comenzaron a cobrar a sus clientes intereses por el apalancamiento, pero solo si sus posiciones se mantenían durante la noche. Los operadores del día no pagaban tarifas financieras, y esa costumbre se sigue usando hasta hoy en día.
Plano de igualdad
La combinación de las operaciones apalancadas a corto y largo plazo potenciadas por el acceso directo al mercado en línea no solo se tradujo en que el mundo bursátil llegara a los hogares de la gente y a las oficinas; el otro resultado fue que se comenzó a equilibrar el campo de juego.
Los operadores comenzaron a tener acceso a operaciones y estrategias que solían estar reservadas para fondos de cobertura e individuos con altos niveles de ingresos. La capacidad de realizar una venta al descubierto («sell short», en inglés), es decir, vender algo que no tiene con la esperanza de poder volver a comprarlo más tarde a un menor precio, sin tener que preocuparse por realizar una entrega en una fecha especificada, abrió un mundo nuevo de posibilidades para miles y miles de operadores individuales. Por medio de los CFD, los operadores podían tomar posiciones en diferentes clases de activos y echar un vistazo a su rendimiento relativo. Claro está que el acceso a estas oportunidades bursátiles se tradujo en una curva de aprendizaje muy empinada para los clientes particulares, que tuvieron que ampliar sus conocimientos y el entendimiento de estos productos y sus operaciones. Sin embargo, como digo siempre, los mercados se pueden convertir, en cualquier momento, en una curva de aprendizaje para todos.
Operaciones de CFD con criptomonedas
Los CFD son un mecanismo establecido en el entorno bursátil; es importante que los operadores entiendan todos los aspectos vinculados a este tipo de operación. Por ejemplo, el apalancamiento es una herramienta bursátil poderosa, pero también puede hacerle daño fácilmente. Operar a corto plazo abre la posibilidad teórica de sufrir una pérdida sin plazo establecido, y un largo etcétera. Un enfoque disciplinado en las operaciones y el manejo del dinero (y el riesgo) le ayudarán a mitigar estos problemas. Y los clientes solo deberían especular con el capital que pueden invertir y no con el dinero que utilizan en otros aspectos de su vida. Actualmente, los CFD disfrutan otra vez de un aumento de popularidad, gracias a la llegada de las criptomonedas, catalizadoras del arribo de una nueva generación de inversores y operadores a los mercados. La naturaleza poco regulada y descentralizada del mundo de las criptomonedas implica que tener y operar con monedas y fichas «físicas» sea una tarea complicada que puede requerir un alto nivel de entendimiento técnico. Por ejemplo, es necesario almacenar claves privadas con seguridad u operar su propia billetera electrónica. Una serie de incidentes con piratas informáticos hizo que todo el mundo cuestionara la labor de la ciberseguridad de, incluso, los mercados de criptomonedas más grandes. Sin embargo, a través del uso de los CFD, estos problemas se pueden evitar. Los clientes simplemente operan con la suba y la baja del precio de las monedas o fichas subyacentes sin tener que preocuparse por ninguno de los problemas ya mencionados. De esta manera, pueden volcar todas sus energías en llevar sus operaciones bursátiles a buen puerto.
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