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Las acciones tecnológicas volvieron a marcar el pulso de los mercados globales hoy, mientras los inversionistas iniciaban una semana cargada de datos con un optimismo renovado respecto a la posibilidad de que la Reserva Federal concrete un nuevo recorte de tasas en diciembre.
La narrativa que ya venía tomando forma el viernes, tras los comentarios de John Williams, presidente de la Fed de Nueva York, acerca de la opción real de un recorte en el muy corto plazo, se vio reforzada por el tono más expansivo del gobernador Chris Waller, quien señaló estar dispuesto a apoyar un recorte el próximo mes. Las expectativas de mercado reaccionaron con fuerza: tras semanas de volatilidad en las probabilidades implícitas, los futuros ahora asignan cerca de un 75% de probabilidad a un recorte en diciembre, comparado con niveles cercanos al 30% hace apenas algunos días.
En este contexto, los principales índices bursátiles estadounidenses registraron avances amplios liderados por tecnología y comunicaciones, con la mayoría de las “siete magníficas” en terreno positivo. El repunte no responde a sorpresas de resultados, sino a un ajuste de primas de riesgo después de la corrección de la semana pasada en nombres ligados a inteligencia artificial. En varias mesas de dinero la venta reciente se interpreta como una corrección saludable, considerando que las valorizaciones en ganadores de IA habían alcanzado niveles en los que incluso cifras sólidas, como las entregadas por Nvidia, generaban más toma de utilidades que compras marginales.
Por otra parte, el contexto macroeconómico que sostiene este renovado apetito por riesgo está lejos de ser claro. El prolongado cierre del gobierno estadounidense ha dejado al mercado y a la Fed operando con un conjunto incompleto de datos, con reportes clave de empleo e inflación retrasados o distorsionados. Esto obliga al banco central a apoyarse en encuestas privadas, indicadores de alta frecuencia y comentarios corporativos. Ello ha abierto un abanico más amplio de interpretaciones sobre la salud de la economía: Algunos indicadores apuntan a un enfriamiento gradual y deterioro lento en el mercado laboral. Otros sugieren una demanda aún resiliente.
Por lo mismo, el calendario de esta semana, ventas minoristas de septiembre, precios al productor, pedidos de bienes durables y solicitudes de desempleo, adquiere un peso extra, aun cuando sus cifras sean rezagadas respecto del shock del cierre parcial. Por ahora domina la idea de que Jerome Powell busca “asegurar” un último recorte para proteger al mercado laboral de un deterioro más abrupto, y que la ambigüedad actual en los datos le otorga suficiente margen mientras la inflación no repunte.
Movimientos en tasas respaldan esta lectura: Los tipos de interés del Treasury a 10 años cayeron hacia la zona del 4%, en línea con la mayor probabilidad de un recorte en diciembre. La curva se aplanó suavemente, reflejando diferencias internas dentro del FOMC y el atractivo relativo de los rendimientos reales en EE.UU. frente a otras economías desarrolladas.
En materias primas, el petróleo pasó buena parte de la sesión oscilando entre ganancias y pérdidas antes de afirmarse al alza, impulsado por el optimismo bursátil, aun cuando los titulares sugieren avances diplomáticos en un eventual marco de paz entre Ucrania y Rusia. Aun así, el crudo sigue lejos de los niveles de comienzos de año, limitado por demanda moderada, amplia oferta fuera de la OPEP y dudas sobre la prima geopolítica si un eventual acuerdo modera el riesgo.
Los criptoactivos volvieron a comportarse como activos de mayor beta del mismo relato macro. Bitcoin revirtió caídas tempranas para cerrar al alza, impulsado por el aumento en las probabilidades de recorte en diciembre y por la noción, popular en algunos rincones del mercado, de que una Fed más expansiva podría reanimar el apetito por activos especulativos. Sin embargo, el trasfondo sigue frágil: los flujos hacia ETFs han sido irregulares, persisten ruidos regulatorios y el ecosistema aún procesa una realidad macro más bien lenta.
Los mercados latinoamericanos también participaron del impulso global, aunque con drivers locales bien definidos: En Chile, el IPSA retrocedió contrastando con el tono constructivo externo, con el sector de telecomunicaciones y acciones de servicios básicos retrocediendo durante el día. En México, la bolsa replicó el avance de Wall Street, al igual que Brasil, donde el Bovespa estuvo respaldado por flujos extranjeros constantes y por la lectura, presente en análisis regionales, de que el ciclo de recortes del Banco Central puede avanzar gradualmente sin amenazar la desinflación.
Los mercados estarán atentos a las cifras de: Ventas minoristas y índice de precios al productor (IPP) en EE.UU. correspondientes al mes de septiembre, indicador de confianza manufacturera de la Fed de Richmond, y datos de sentimiento del consumidor de octubre.
Cabe destacar que dichas cifras, en particular las de ventas minoristas e IPP, vienen con un rezago importante, por lo que es posible que su impacto en los mercados no sea tan significativo como suele serlo normalmente.
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