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El día de ayer, los mercados globales navegaron nuevamente entre la incertidumbre política y el optimismo tecnológico. El cierre parcial del gobierno estadounidense, que ya cumple seis días, continúa dejando un vacío informativo inusual, por lo que, con las principales agencias federales paralizadas, los inversionistas se ven obligados a operar con brújulas alternativas, interpretando el rumbo de la economía a través de movimientos en las tasas de interés, discursos de la Reserva Federal y señales corporativas más que de cifras concretas. Ese entorno, dominado por narrativas más que por datos, ha vuelto a darle protagonismo a los activos refugio y a los sectores con historias de crecimiento estructural.
El oro se robó las miradas al alcanzar nuevos máximos históricos por sobre los USD 3.900 la onza, impulsado por la combinación de expectativas de recortes de tasas y un trasfondo político cada vez más tenso en Washington. La demanda por el metal refleja no solo un apetito defensivo, sino también la necesidad de anclaje en un escenario donde la visibilidad macro es escasa. En paralelo, Bitcoin también avanzó hacia niveles récord, en una muestra de que el apetito por activos diferentes persiste cuando la confianza en la política económica se resquebraja.
El petróleo, por su parte, ayudó a estabilizar el ánimo de los inversores. OPEC+ anunció un aumento mínimo de producción para noviembre —muy por debajo de lo esperado—, lo que alejó los temores de un exceso de oferta y mantuvo los precios contenidos dentro de un rango cómodo para productores y consumidores. La lectura general fue que el cartel prefiere evitar un nuevo desequilibrio de mercado en un momento en que la demanda global aún luce frágil. Esa estrategia gradualista mantiene a los precios del crudo en una especia de equilibrio inestable, con la volatilidad lista para reaparecer ante cualquier tropiezo en la actividad china o europea.
Por otra parte, el foco volvió a girar hacia la tecnología. En ausencia de datos duros, la historia de la inteligencia artificial retomó su rol de catalizador del riesgo. La noticia de un acuerdo estratégico entre AMD y OpenAI impulsó a los semiconductores y contagió el optimismo a todo el complejo tecnológico, reviviendo la narrativa de inversión en infraestructura digital y eficiencia productiva. La idea de que el gasto en IA y automatización puede sostener el ciclo de beneficios corporativos incluso en un contexto de desaceleración mantiene viva la rotación hacia acciones “growth” de alta calidad, aunque las valoraciones comienzan a verse algo elevadas.
En América Latina, el arranque de semana mostró matices. En México, el peso se movió con cautela en torno a sus recientes rangos, a la espera de los datos de inflación que se publicarán esta semana, mientras que la bolsa se vio presionada por la caída de Grupo México tras nuevas noticias sobre su oferta por Banamex. En Brasil, el tono fue algo más constructivo, impulsado por declaraciones del presidente Lula en favor de eliminar aranceles estadounidenses a las exportaciones brasileñas, un gesto que calmó parcialmente las tensiones comerciales. En Chile, el IPSA inició la semana con debilidad, arrastrado por el sector retail y por flujos asociados a recientes ventas secundarias, mientras que el peso chileno se mantuvo dependiente de la tendencia global del dólar ante la falta de catalizadores locales. En Colombia, la calma fue la tónica: sin datos domésticos relevantes, el COP siguió el pulso del crudo y de los flujos externos.
Con todo, el día dejó claro que el mercado global transita una fase en la que los relatos pesan más que las cifras. La falta de datos en Estados Unidos amplifica la sensibilidad de los inversionistas a cualquier señal política o comentario de la Fed, el oro y el petróleo actúan como barómetros de ansiedad macro, y la tecnología sigue siendo el refugio preferido de un mercado que busca certidumbre en medio de la niebla. Mientras tanto, América Latina observa, con la guardia alta, cómo estas tensiones externas marcan el compás de sus propias monedas y bolsas.
En ausencia de datos macroeconomías relevantes, el mercado se centrará en las declaraciones de algunos concejeros de la Fed como Stephen al igual que en cualquier noticia proveniente del frente político tanto en EE.UU con un potencial acuerdo que lleve al fin del cierre parcial del gobierno, como en Francia y la posible resolución de la incierta situación que atraviesa el gobierno de dicho país.
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