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El flujo de noticias macroeconómicas durante la semana continuó siendo escaso en vista de la continuidad del cierre parcial del gobierno norteamericano.
Tanto los republicanos como los demócratas no han logrado ponerse de acuerdo respecto a partidas de gasto clave, en particular las asociadas a los beneficios de salud y seguridad social.
Más aun, las expectativas de alcanzar un consenso permanecen inciertas; incluso, algunos miembros de la administración del presidente Trump han insinuado que los despidos temporales de trabajadores federales podrían comenzar a volverse permanentes.
Por otro lado, el acuerdo de paz entre Hamás e Israel contribuyó a moderar la incertidumbre política, haciendo que los premios por riesgo geopolítico retrocedieran levemente.
Hacia finales de la semana, el presidente estadounidense amenazó con un aumento masivo de aranceles a productos chinos, lo que elevó la aversión al riesgo y provocó retrocesos en los principales índices bursátiles.
Estas declaraciones coincidieron con un contexto en el que crece el nerviosismo respecto a las altas valoraciones del mercado accionario, que ya acumula un alza cercana al 36 % desde abril de este año.
Varios analistas advierten que estas valoraciones alcanzan niveles históricamente asociados con periodos de “exuberancia”, dejando a las bolsas vulnerables a cualquier ruido vinculado con temas tarifarios o expectativas de política monetaria.
La Fed, en las minutas de su última reunión, reiteró su preocupación por posibles sorpresas inflacionarias derivadas de un incremento en los aranceles de importación.
Aunque la narrativa de la inteligencia artificial (IA) sigue siendo uno de los principales impulsores del buen desempeño bursátil, comienzan a surgir rumores sobre una potencial “burbuja tecnológica”, lo que ha moderado el apetito por riesgo.
La temporada de resultados corporativos, que comienza esta semana, será una prueba clave para medir la solidez de las utilidades y validar —o desmentir— las expectativas que hoy sustentan las valoraciones de las compañías ligadas al sector tecnológico.
Los inversionistas buscarán evidencia concreta de que los avances en IA se estén traduciendo en mejoras reales de productividad, márgenes y utilidades, y no únicamente en promesas de crecimiento futuro.
Las tasas de los bonos del Tesoro estadounidense registraron caídas generalizadas a lo largo de toda la curva, reflejando un mayor apetito por activos de refugio.
Aunque el oro experimentó fuertes caídas durante la semana —como consecuencia de la reducción del riesgo geopolítico tras el acuerdo en Medio Oriente—, el metal terminó recuperándose después de las nuevas amenazas comerciales del presidente Trump hacia China.
Durante la semana que comienza, se espera que el flujo de datos económicos en EE. UU. siga siendo limitado debido al cierre parcial del gobierno.
La atención del mercado se centrará en la temporada de resultados corporativos, los comentarios de miembros de la Fed y la evolución de las tensiones comerciales renovadas.
El Bitcoin registró caídas la semana pasada, luego de haber alcanzado máximos cercanos a los 126.000.
Hacia el cierre, rompió soportes clave en torno a 120.151, lo que refleja un debilitamiento del impulso alcista.
El MACD muestra que la fuerza compradora se ha ido moderando (con el histograma retrocediendo) y se encuentra próximo a señalar un cruce bajista, lo que podría anticipar una extensión de las caídas a corto plazo.
Tras las noticias de un aumento en la producción de la OPEP+ menor al esperado, el petróleo rebotó, aunque no logró superar la resistencia en torno a US$ 62,48.
Posteriormente, retrocedió nuevamente, perforando el soporte de US$ 60,67.
Los indicadores de momentum son consistentes con una tendencia bajista que podría extenderse si los precios no recuperan niveles superiores en las próximas sesiones.
El peso chileno (CLP) respetó los niveles de 945,83, que habían funcionado como soporte en septiembre y julio, manteniéndose dentro del rango entre 945,83 y 967,18.
Los indicadores de momentum no muestran una dirección clara, lo que sugiere que el CLP podría continuar operando dentro de este canal lateral en el corto plazo.
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