El índice del dólar estadounidense (DXY) cerró por debajo del mínimo del 12 de junio, situado en 97.61, y llegó a cotizar en un mínimo de 97.01, su nivel más bajo desde marzo de 2022. Con una caída del 2,1 % en junio, el DXY acumula cinco meses consecutivos de descensos, su peor racha desde mediados de 2017.
El EUR/USD alcanzó un máximo intradía de 1.1744 (su nivel más alto desde 2021), cerrando la sesión en 1.1701. Aunque en Asia apenas hemos visto continuidad, la tendencia alcista sigue definida por la media móvil exponencial de 5 días. Mientras no se cierre por debajo de esta media a corto plazo, los compradores podrían aprovechar la debilidad intradía para aumentar posiciones largas, y un objetivo elevado en 1.2000 no parece irrealista.
El GBP/USD se mantiene firmemente por encima de 1.37 (nivel no visto desde 2021) y apunta a avanzar hacia 1.3800. Por su parte, el USD/CHF rompió el mínimo de abril de 0.8039 y cotiza en niveles no vistos desde 2015. Podría seguir bajando hacia 0.8000 durante la próxima sesión, mientras que los cortos podrían considerar cerrar parcialmente si el par revierte por encima de 0.8035.
El mercado mantiene una posición corta en USD, y aunque esa posición neta no es tan extrema como algunos sugieren, podría verse desafiada o incluso ampliarse con la publicación del índice PCE subyacente de EE. UU. en la próxima sesión. Además, si miramos hacia los eventos clave de la próxima semana, los flujos del dólar se verán afectados por los resultados del informe ISM manufacturero, las vacantes laborales JOLTS, las nóminas no agrícolas y el informe ISM de servicios. También se espera cierta atención sobre titulares relacionados con los aranceles y el debate sobre política fiscal en el Senado.
A medida que los operadores de divisas dejan atrás el conflicto entre Irán e Israel y navegan por los flujos de fin de mes, la acción del precio del dólar —y su incapacidad para protagonizar una contra-réplica significativa, con ventas rápidas en cualquier rebote— dice mucho. Las razones detrás del desprecio al USD son numerosas y explican claramente la tendencia bajista.
Para que el USD experimente un repunte sostenido, sería necesario un repunte en el crecimiento de EE. UU. y una reevaluación del calendario de recortes de tasas por parte de la Fed, quizás también acompañado por una desaceleración del crecimiento en Europa y China. Eso no parece probable en el corto plazo, por lo que los repuntes del USD probablemente seguirán siendo oportunidades para vender, manteniéndose la tendencia bajista.
¡Buena suerte a todos!
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