Este retroceso se produce en un mejor contexto económico estadounidense, que ha reducido relativamente la presión sobre la Reserva Federal para aplicar recortes en las tasas de interés de manera inmediata.
Datos recientes demuestran que la economía de Estados Unidos mantiene una resistencia significativa. Las ventas minoristas en junio superaron con creces las expectativas, alcanzando un incremento mensual del 0.6%, después de dos meses consecutivos de caídas. Estos resultados sugieren un consumidor estadounidense saludable y dispuesto a gastar, reforzando las perspectivas de apoyo a un crecimiento económico sostenido.
Además, el mercado laboral sigue enviando señales relativamente positivas. Las solicitudes iniciales de desempleo cayeron a 221,000 en la segunda semana de julio, su nivel más bajo en tres meses, y las solicitudes continuas se mantuvieron por debajo de las previsiones, evidenciando estabilidad laboral. Dichos factores respaldan la visión más restrictiva de algunos miembros del Comité Federal de Mercado Abierto.
No obstante, esta solidez económica se ha visto contrarrestada parcialmente por las recientes tensiones políticas en Washington. Los rumores sobre un posible despido del presidente de la Fed, Jerome Powell, promovidos por declaraciones del presidente Donald Trump, han apoyado la demanda de activos refugio. Trump expresó su preocupación ante legisladores republicanos por los elevados costos de renovación de la sede de la Fed, calificándolo como un "Palacio de Versalles" y sugiriendo potenciales irregularidades.
Aunque el marco legal protege considerablemente la independencia de la Reserva Federal y limita la destitución de su presidente a casos de negligencia o mala conducta comprobada, estos rumores generaron inicialmente nerviosismo en los mercados financieros, con caídas puntuales en índices bursátiles. Sin embargo, la rápida rectificación pública de Trump, calificando el despido como "altamente improbable", permitió una recuperación parcial en las bolsas.
Desde el punto de vista técnico, el oro sigue mostrando un comportamiento de consolidación que limita la continuación de la tendencia alcista marcada durante los primeros meses del año. En este contexto, el nivel técnico de resistencia clave se ubica alrededor de los 3,350 dólares por onza, coincidiendo con la expansión de Fibonacci del 161.8% desde estructuras previas de avance en el gráfico semanal. Por el lado bajista, el soporte inmediato se sitúa en torno a los 3,270 dólares por onza, correspondiente al retroceso de Fibonacci del 23.6%.
Cabe destacar también que anteriormente la incertidumbre sobre la política económica estadounidense ha impulsado a bancos centrales globales a incrementar sus reservas de oro en detrimento de bonos del Tesoro. Un factor positivo para el metal dorado.
En definitiva, mientras la fortaleza económica estadounidense respalda la estabilidad de política monetaria en el corto plazo y presiona al XAU/USD, la incertidumbre política continúa apoyando en el mercado de metales preciosos.
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