Sin embargo, este optimismo se ve matizado por una serie de datos económicos que sugieren un enfriamiento en el mercado laboral, creando una dinámica de optimismo limitado.
Los inversores encontraron un considerable apoyo en las cifras publicadas por gigantes como Microsoft y Meta. La inteligencia artificial no es solo una promesa futura, es el motor de crecimiento actual para los gigantes tecnológicos, como demuestran sus impresionantes resultados trimestrales.
Microsoft reportó ingresos por $70.1 mil millones en su tercer trimestre fiscal, un 13% más interanual, superando las expectativas, con un notable crecimiento del 33% en Azure impulsado significativamente por la IA.
De manera similar, Meta Platforms registró ingresos de $42.31 mil millones en el primer trimestre, un 16% más que el año anterior, excediendo los pronósticos y destacando la fortaleza de su negocio publicitario.
Ambas compañías señalaron incrementos sustanciales en sus planes de inversión (CapEx) destinados a infraestructura de IA, subrayando su apuesta estratégica a largo plazo.
No obstante, este panorama corporativo alentador contrasta con las señales emergentes del mercado laboral.
Aunque la encuesta Challenger sobre despidos mostró una caída mensual del 62% en abril, hasta los 105,441, la cifra esconde una realidad más preocupante.
El total de despidos en lo que va de 2025 asciende a 602,493, el nivel más alto para este periodo desde 2020, y la cifra de abril es un 63% superior a la del mismo mes del año pasado.
Las empresas citan la incertidumbre económica y la adopción tecnológica como causas principales, adoptando una postura de "esperar y ver".
Esta cautela se ve reforzada por los últimos datos de solicitudes de subsidio por desempleo.
Las solicitudes iniciales aumentaron a 241,000, su nivel más alto desde febrero. Aún más revelador, las solicitudes continuas escalaron a 1.916 millones, un máximo desde noviembre de 2021.
Se evidencia una desconexión preocupante: mientras las grandes tecnológicas invierten miles de millones en innovación, el número de trabajadores que dependen del subsidio por desempleo alcanza máximos de varios años.
Parte de los recientes despidos gubernamentales (DOGE) incluyeron paquetes de indemnización, lo que podría estar retrasando el registro de algunos exempleados en las listas del paro.
Adicionalmente, comentarios constructivos atribuidos al presidente Trump sobre avances en negociaciones comerciales con India, Japón y Corea del Sur aportaron un soporte adicional al apetito por el riesgo.
En resumen, Wall Street se encuentra en una encrucijada. El mercado vive una dicotomía clara: celebra los frutos de la innovación tecnológica mientras vigila de reojo el termómetro del empleo, que empieza a mostrar signos de incertidumbre.
La fortaleza de los beneficios corporativos, liderada por la tecnología y la IA, proporciona un soporte fundamental, pero su sostenibilidad será puesta a prueba por la evolución del mercado laboral, en especial con miras al NFP de mañana, y la persistente incertidumbre macroeconómica.
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