Este impulso reciente se atribuye principalmente a la operación militar lanzada por Israel contra objetivos estratégicos iraníes, denominada "Operación León Naciente". El ataque, que involucró más de 200 aeronaves israelíes desplegando unas 330 municiones contra aproximadamente 100 objetivos estratégicos, incluyó instalaciones nucleares clave como la planta subterránea de Natanz, sistemas de misiles y posiciones militares críticas de la República Islámica.
Las consecuencias inmediatas de este conflicto han generado preocupación sobre una escalada regional significativa, incentivando la búsqueda de activos refugio como el oro. Además, la promesa de Irán de una respuesta severa ha elevado aún más la incertidumbre entre los inversionistas, quienes permanecen atentos al potencial desarrollo de nuevos conflictos durante el fin de semana.
Este entorno de incertidumbre se complementa con un escenario económico global delicado. Recientemente, cifras de inflación en Estados Unidos resultaron menores a las esperadas, aumentando las expectativas de que la Reserva Federal proceda a implementar recortes adicionales en las tasas de interés. Tales condiciones monetarias expansivas tienden a beneficiar directamente al oro, ya que, al tratarse de un activo sin rendimiento fijo, se vuelve más atractivo cuando las tasas de interés bajan.
Adicionalmente, las recientes tensiones comerciales añadidas por amenazas estadounidenses de imposición unilateral de aranceles, han sumado incertidumbre económica, fortaleciendo aún más la posición del oro como refugio financiero.
Desde un punto de vista técnico, la atención se centra ahora en la resistencia inmediata ubicada en los 3,500 dólares por onza, que corresponde al máximo histórico previo. Más allá de este nivel, el análisis gráfico mensual proyecta un objetivo potencial aún más elevado alrededor de los 3,700 dólares, coincidente con la expansión de Fibonacci del 161.8%.
En resumen, el oro se encuentra en un contexto altamente favorable derivado de la combinación entre riesgos geopolíticos intensificados, políticas monetarias con potenciales expansivos e incertidumbre comercial. De mantenerse o escalarse estos factores, podría extenderse aún más la racha positiva del metal precioso en el corto y mediano plazo. Los mercados y los inversores deben prepararse para escenarios de elevada volatilidad durante el cierre de semana, atentos a movimientos adicionales en Medio Oriente.
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