La reciente decisión del mandatario estadounidense de imponer un arancel base del 10% sobre importaciones globales, aunque México quedó parcialmente exento de esta medida, generó preocupación sobre el crecimiento económico en EE. UU., debilitando así la moneda estadounidense. Esta exención parcial ha brindado apoyo temporal al peso, pese a que varias exportaciones clave del país todavía enfrentan aranceles elevados del 25%.
A pesar de este alivio circunstancial relativo proveniente del entorno externo, el peso mexicano continúa enfrentando importantes desafíos internos. Destaca particularmente la reciente caída de la Inversión Fija Bruta, que registró una contracción mensual de 1.5% en enero, acumulando una preocupante caída anual del 6.7%. Esta tendencia negativa refleja problemas estructurales más profundos en la economía mexicana, especialmente marcados en sectores estratégicos.
En este contexto, la construcción no residencial mostró una fuerte contracción del 14.2%, mientras que la infraestructura pública registró un desplome alarmante del 33.4%. Estos datos subrayan una notable reducción en la confianza tanto del sector público como del privado para realizar nuevas inversiones, proyectando sombras sobre el crecimiento potencial del país en los próximos meses.
Ante este escenario, sectores clave como construcción y equipamiento podrían experimentar primero los efectos negativos, creando un posible efecto dominó que podría extenderse al conjunto de la economía nacional. La contracción en estos sectores no solo impacta directamente sobre el crecimiento económico, sino también sobre el empleo y la confianza del consumidor, variables esenciales para sostener cualquier recuperación económica significativa.
La atención del mercado ahora se traslada hacia los próximos indicadores económicos clave. Mañana se publicará el dato de Confianza del Consumidor en México, cifra crítica que podría dar más pistas sobre la percepción interna respecto a la economía del país. Adicionalmente, desde Estados Unidos se esperan datos relevantes de las Nóminas No Agrícolas y un esperado discurso del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, este viernes.
El tono adoptado por Powell será especialmente determinante para la evolución del tipo de cambio en el corto plazo. Una postura moderada o dovish por parte del presidente de la Fed podría mantener el impulso favorable para el peso mexicano, extendiendo sus recientes ganancias frente al dólar. Por el contrario, un mensaje cauteloso, destacando riesgos inflacionarios mayores en EE. UU., podría revertir esta tendencia y fortalecer al dólar estadounidense, complicando nuevamente el panorama cambiario para México.
En resumen, aunque el peso mexicano celebra por ahora una victoria frente al dólar, los desafíos económicos internos siguen siendo significativos y requieren atención urgente para consolidar una recuperación económica sostenible.
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