Uno de los aspectos más destacados de la economía chilena es su liderazgo en la producción de cobre. En agosto de 2024, la producción de cobre alcanzó las 470.50 mil toneladas, el mayor nivel registrado en lo que va del año. Este incremento representa un avance significativo respecto a las 443.60 mil toneladas de julio, consolidando a Chile como un actor clave en el sector minero global. Más allá de este crecimiento, la producción de cobre en agosto también superó el promedio histórico del país, que es de 466.64 mil toneladas desde 2011. A pesar de este contexto favorable, los avances en el sector minero no han sido suficientes para generar una apreciación significativa del peso chileno.
De manera paralela, la producción industrial chilena también ha mostrado un desempeño sólido. El crecimiento interanual en agosto fue del 5.2%, el mayor avance registrado desde febrero de este año. Este crecimiento fue impulsado en gran medida por un aumento del 8.9% en la producción minera, lo que confirma el papel protagónico de la extracción de recursos naturales en la economía chilena. Dentro de la minería, la extracción de metales avanzó un 8.2%, mientras que la minería no metálica creció un 14.3%, destacando un repunte en este sector. Sin embargo, estas cifras no han permitido una apreciación significativa del peso chileno frente al dólar, lo que sugiere que otros factores están contrarrestando estos logros.
Si bien los datos productivos son alentadores, existen varios elementos que han limitado el potencial del peso chileno para romper la barrera de los 900 pesos por dólar. Uno de los principales factores es el incremento en la tasa de desempleo, que alcanzó el 8.9% en agosto de 2024, el nivel más alto registrado desde septiembre de 2023. Este aumento refleja una cierta debilidad en el mercado laboral, lo que afecta la confianza en la economía local. Un aumento en el desempleo suele interpretarse como una señal de menor demanda interna, lo cual tiende a debilitar la moneda local.
Adicionalmente, el comportamiento de los mercados internacionales ha jugado un rol crucial en la incapacidad del peso chileno para fortalecerse. Las medidas de estímulo económico implementadas por China la semana pasada tuvieron un impacto positivo inicial en las economías vinculadas a ese país. Sin embargo, el impulso positivo se desvaneció en la última jornada, afectando a monedas emergentes vinculadas al riesgo, como el CLP. Dado que Chile depende en gran medida de las exportaciones de cobre a China, cualquier desaceleración o ajuste en el crecimiento de la economía china repercute directamente en la moneda chilena.
A corto plazo, uno de los factores determinantes que podrían influir en el comportamiento del peso chileno son los datos laborales en Estados Unidos. El mercado estará pendiente de estos indicadores, ya que podrían actuar como un catalizador importante para los activos asociados al crecimiento y al riesgo, como el peso chileno. Si los datos de empleo en EE.UU. muestran debilidad, se podría generar una percepción de incertidumbre, lo cual podría impactar negativamente en monedas de crecimiento como el CLP.
El gráfico diario del USD/CLP sugiere que el par enfrenta un soporte significativo en la zona de los 900 pesos por dólar, un nivel clave que ha demostrado ser crucial en múltiples ocasiones durante el último año. En la sesión más reciente, el par ha mostrado dificultades para romper decisivamente por debajo de este nivel, operando justo por encima de los 901 CLP.
La acción de precio sugiere que, de perderse el soporte de los 900 CLP, el siguiente nivel objetivo podría situarse cerca de los 860 CLP, donde el par encontró soporte anteriormente a finales de 2023. Por el lado superior, la resistencia inmediata se encuentra en los 960 CLP, y una ruptura por encima de este nivel pondría en juego la barrera psicológica de los 1,000 CLP, que estuvo en riesgo durante la primera parte de 2024. La tendencia general sugiere una consolidación en torno a los niveles actuales, a la espera de factores externos como los próximos datos económicos de Estados Unidos y la demanda de cobre en China.
En resumen, el peso chileno parece estar atrapado en una dinámica donde los datos positivos locales no son suficientes para contrarrestar los efectos negativos de factores externos e internos. La barrera de los 900 pesos por dólar seguirá siendo un nivel clave a observar en el corto plazo, y su ruptura dependerá en gran medida de cómo se desarrollen tanto los datos internacionales como las políticas monetarias de las principales economías del mundo.
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