La atención de los mercados está centrada en la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de este miércoles, un evento clave donde no se esperan cambios inmediatos en las tasas de interés. Sin embargo, la relevancia radica en las proyecciones económicas actualizadas y, particularmente, en el tono del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell. Una postura moderada ("dovish") por parte de la FED podría acelerar aún más la caída del dólar, beneficiando potencialmente a las monedas emergentes en el corto plazo.
A nivel económico, aunque la inflación ha mostrado señales de moderación recientemente, la incertidumbre sigue latente, particularmente debido a las persistentes preocupaciones en torno a los precios energéticos y los aranceles comerciales impuestos por la administración Trump. Los inversores interpretan la posibilidad de una pausa o incluso futuros recortes de tasas por parte de la Fed como un factor importante que impacta el atractivo del dólar estadounidense.
En el ámbito geopolítico, el conflicto entre Israel e Irán, sumado a la crisis en Ucrania y las tensiones comerciales internacionales, mantiene elevada la incertidumbre global. A pesar de esto, el dólar ha perdido atractivo como refugio tradicional, lo cual quedó demostrado por una débil respuesta frente a estos conflictos, contrastando notablemente con la fuerte subida observada en activos como el oro. Este cambio de apetito entre los inversores refleja un claro deterioro en la percepción del dólar como activo de refugio.
Desde una perspectiva técnica, tras la ruptura del nivel clave de Fibonacci del 61.8%, el índice dólar parece encaminarse hacia una estructura operacional bajista, buscando apoyo en la directriz alcista originada en los mínimos históricos del 2008, alrededor del nivel de los 96 puntos. La operativa técnica se ve respaldada por una continua reducción de exposición al billete verde, añadiendo presión vendedora adicional.
Esta semana será crucial para los mercados, destacándose además de la reunión de la Fed, la cumbre del G7. Durante esta reunión, los líderes globales abordarán temas críticos como la crisis en el comercio internacional, seguridad global y cadenas de suministro, factores que podrían añadir volatilidad significativa al mercado cambiario.
En resumen, la actual caída del dólar refleja una confluencia de incertidumbre política y comercial, datos económicos inciertos, tensiones geopolíticas y factores técnicos claramente bajistas. La reunión de la Fed será determinante para definir si el dólar estadounidense continuará perdiendo terreno o, por el contrario, encontrará un soporte temporal.
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