El índice del dólar (DXY) cayó aproximadamente un 0.8%, acercándose nuevamente a sus mínimos del año 2025, niveles que anteriormente solo habían sido tocados brevemente.
Esta renovada presión negativa se produce en un contexto donde las pausas y treguas comerciales previas, que habían ofrecido cierto alivio al dólar, están perdiendo efectividad frente al deterioro de factores económicos y geopolíticos.
En el ámbito económico, la publicación del índice manufacturero ISM mostró nuevamente señales claras de debilitamiento, alcanzando un valor de 48.5 en mayo frente a una expectativa de 49.5, lo que representa el tercer mes consecutivo de contracción. Esta situación económica no solo refleja la fragilidad actual del sector manufacturero estadounidense, sino que también ha elevado la aversión al riesgo en los mercados financieros.
A nivel geopolítico, el panorama tampoco ofrece alivio al billete verde. Las recientes tensiones comerciales entre Estados Unidos y China han resurgido con fuerza, generando incertidumbre adicional. Ambas naciones se han acusado mutuamente de violar el acuerdo temporal alcanzado en mayo de 2025, que buscaba reducir las tensiones comerciales mediante significativas disminuciones arancelarias.
Estados Unidos ha acusado específicamente a China de incumplir el acuerdo mediante retrasos estratégicos en la exportación de minerales raros, fundamentales para sectores como defensa y tecnología. Por su parte, China ha señalado que Estados Unidos ha violado el consenso al imponer nuevas restricciones en la exportación de chips de inteligencia artificial, frenar la venta de software de diseño de semiconductores y planificar la revocación de visas para estudiantes chinos. Estas acusaciones cruzadas han deteriorado rápidamente el clima diplomático y comercial entre ambas potencias.
Como consecuencia de estos factores combinados, el índice DXY pierde la importante marca de los 99 puntos. Desde una perspectiva técnica, esta caída adquiere especial relevancia al invalidar el nivel Fibonacci del 61.8% del último movimiento alcista significativo. Este rompimiento técnico podría anticipar presiones adicionales hacia abajo, potencialmente dirigiendo al índice hacia la línea de tendencia descendente de largo plazo que se origina en 2008, situada en torno a los 96 puntos.
En resumen, tanto los indicadores económicos negativos como las renovadas tensiones comerciales internacionales configuran un escenario adverso para el dólar estadounidense. Estos elementos sugieren que los inversionistas deberían prepararse para una mayor volatilidad y posible continuación de la tendencia bajista en la divisa norteamericana durante las próximas semanas.
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